Pizza de jamón ibérico y rúcula: receta gourmet paso a paso

La pizza de jamón ibérico y rúcula es una delicia que combina lo mejor de la tradición italiana y española en un solo plato. Este maridaje de sabores mediterráneos destaca por su equilibrio perfecto entre la textura crujiente de la masa, el sabor salado del jamón ibérico y la frescura de la rúcula. Es una opción ideal para aquellos que buscan un plato gourmet fácil de preparar en casa y que garantice un resultado sabroso y auténtico.

Ingredientes para la pizza de rúcula y jamón ibérico (para 4 personas)

Masa de pizza (casera o comprada)

80 g de jamón ibérico en lonchas finas

100 g de rúcula fresca

150 g de mozzarella fresca

50 g de queso parmesano rallado

3 cucharadas de salsa de tomate natural

1 diente de ajo picado

Aceite de oliva virgen extra

Sal y pimienta negra al gusto

Cómo preparar la base de la pizza

La base de la pizza es fundamental para obtener una textura crujiente y dorada. Si se opta por una masa casera, es recomendable dejarla reposar para que fermente y gane elasticidad. De esta manera, se logra un resultado más ligero y aireado.

Estirar la masa: Extender la masa en una superficie enharinada, dándole forma redonda o rectangular, según se prefiera. Si se utiliza una masa comprada, simplemente estirarla hasta el grosor deseado.

Salsa de tomate: Calentar una cucharada de aceite de oliva en una sartén y añadir el ajo picado. Luego, incorporar la salsa de tomate, sazonar con sal y pimienta, y dejar cocinar a fuego lento durante 10 minutos. Extender la salsa de manera uniforme sobre la base.

Horneado de la pizza: el secreto de la textura perfecta

Precalentar el horno: Para lograr una masa crujiente, es importante precalentar el horno a 220°C (o a la temperatura máxima de tu horno). Colocar la pizza con la base y la salsa en una bandeja para horno previamente calentada.

Agregar la mozzarella: Colocar la mozzarella fresca en rodajas sobre la salsa de tomate, distribuyéndola de manera homogénea para que se derrita bien.

Hornear: Dejar la pizza en el horno durante 10-12 minutos, o hasta que el queso se haya derretido completamente y la masa esté dorada en los bordes.

Añadir el jamón ibérico y la rúcula: el toque final

Al retirar la pizza del horno, se debe agregar el jamón ibérico en lonchas finas. Es importante hacerlo mientras la pizza aún está caliente, para que el jamón libere sus aromas y la grasa se derrita ligeramente, potenciando su sabor. Luego, distribuir la rúcula fresca por encima, que aporta un contraste crujiente y fresco. Para un toque extra de sabor, espolvorear queso parmesano rallado y rociar un hilo de aceite de oliva virgen extra.

Pizza de rúcula con jamón ibérico.

Variaciones y personalización de la pizza de jamón ibérico y rúcula

La receta de pizza de jamón ibérico y rúcula es versátil y permite muchas variaciones para adaptarla a diferentes gustos y preferencias:

Queso de cabra o gorgonzola: Para un sabor más intenso, se puede sustituir la mozzarella por queso de cabra o gorgonzola, que aportan un toque cremoso y salado.

Setas salteadas: Incorporar setas salteadas con un poco de ajo y perejil es una excelente manera de añadir un sabor umami, que se mezcla perfectamente con la suavidad del jamón.

Frutos secos tostados: Añadir almendras o piñones tostados sobre la pizza aporta un toque crujiente y una nota de sabor adicional, realzando la experiencia gastronómica.

Maridaje ideal para acompañar la pizza de jamón ibérico y rúcula

El maridaje es clave para disfrutar de una experiencia completa. La pizza de jamón ibérico y rúcula combina bien con:

Vinos Tintos Jóvenes: Un Tempranillo o un Ribera del Duero, con sus notas afrutadas y ligeras, complementa a la perfección el sabor salado del jamón sin enmascarar la frescura de la rúcula.

Vino Blanco Fresco: Un Albariño o un Verdejo, con su acidez refrescante, equilibra y realza los sabores de los ingredientes frescos como la rúcula y el tomate.

Cerveza Artesanal: Una cerveza IPA con un ligero toque cítrico y amargo es una alternativa ideal para quienes prefieren una bebida más ligera y refrescante.

Consejos para un mejor resultado

Usar ingredientes frescos: La calidad de los ingredientes es clave en este plato. Elegir un jamón ibérico de alta calidad y una rúcula fresca garantiza una experiencia auténtica y sabrosa.

Servir inmediatamente: La pizza debe servirse recién salida del horno para disfrutar de la textura crujiente de la masa y del sabor intenso del jamón ibérico y la rúcula.

Añadir aceite de oliva extra virgen: Un buen aceite de oliva virgen extra no solo realza los sabores de la pizza, sino que también le da un toque final sofisticado y auténtico.